Hoy en clase los profesores nos explicaron a través de una secuencia de fotos y pinturas, cómo un rostro puede tener o carecer de trasfondo simplemente por la forma de retratarse y la composición del retrato.
Esto nos lo explicaron con la intención de que posteriormente nosotros dibujásemos un retrato de un compañero nuestro que tuviese algún tipo de expresión, de fuerza, de algo que llamase la atención; para ello los profesores nos habían mandado con anterioridad realizar un pequeño esquema de que era lo que nos hacía tener sentimientos profundos o que sirviese de liberador de estos.
Más tarde nos pusimos a trabajar en esos enormes papeles por parejas. Primero empecé de modelo y tras veinte minutos de espera llegó mi turno. La verdad es que estaba ansioso de probarme a mi mismo en este nuevo mundo que era para mí el dibujo.
Os estaría mintiendo si os dijese que fue un éxito, pero creo que nadie pretendía que le saliese algo bueno tras un solo primer intento de veinte minutos de duración.
Aquí os dejo el resultado:
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